El pasado jueves, parecía que iba a ser un día como otro cualquiera... Vaya! Va a ser eso verdad de que nunca sabes lo que se te puede presentar...
Yo que había quedado para ir a comer en casa de mi abuela, y de repente, me llama una amiga, me invita a comer, y yo, es que no puedo, jo, y me dice, es que bueno, es al Corral de la Morería, y no sé qué paso por mi mente, como un flash, que no puede pensar, (tú no pienses), y dije, vale, síí!! Claro, luego me tocó la no nada cómoda tarea de volver a cancelar la cita previa...
A las 14:30 en Ópera, ok...ok...
Calorazo, y un bonito paseo hasta el sitio, la catedral brillaba y se antojaba poderosa, dominando el paisaje...
Nos dispusimos a entrar, educadamente (disfruté de lo lindo con todo el protocolo) y nos acomodaron... Rápidamente me percaté de que era una comida promocional para profesionales del sector... Intuí ciertas caras conocidas...
Cava rosado Codorniú, y Vino tinto gran reserva Rioja me acompañaron durante toda la velada... Empezamos con un remix de langostinos a la plancha, con foia de pato y mini-cuit integrales con miel, además de jamón de pato y queso de cabra confitado... Ahí es poco!!
A esto le siguió un solomillo de ternera (tuve que pedir que me lo pasaran bastante, e hice el gran esfuerzo de mi vida para probarlo...) acompañado de una tarta de patata exquisita, y fue rematado con un delicioso y deseado brownie y helado... Podéis haceros una idea de mis expresiones faciales, hasta yo me asusté, pero lo mejor... no era el único, a mi alrededor todos parecíamos embriagados con el chocolate fundido... Una chica a mi lado expetó, bueno, un capricho de vez en cuando, y mañana a dieta!! That´s the way my friend, you know!!
La comida estuvo bien, pero tampoco fue nada de otro mundo, no es lo que yo más destacaría... Sin lugar a dudas, el servicio, y el espectáulo fueron lo mejor, y esa pincelada tipically spanish que tanto veneran los extranjeros...
Entre cigarrito en la puerta, risitas, el vinito que ya empezaba a florecer en mis mejillas, y yo que empezaba a tontear con diestro y siniestro... apagaron las luces, y dio comienzo el espectáculo...
El poco vello de mi cuerpo parecía como si quisiese salir de él, y llegó la emoción; ciertamente, aquellos bailarines bailando flamenco me dejaron sin palabras, con la boca abierta, sí...
El Corral de la Morería, figura como uno de los mil sitios por el que toda persona debe pasar en su vida... y amig@s, creedme, merece la pena y mucho!!
La experiencia fue única, y cómo no, le di mi toque bohemio, como siempre, yo y mis circunstancias...
BSBG